domingo, 19 de diciembre de 2010

PODRÍA DECIR... Y SIN EMBARGO NO DIRÉ... SOLO QUE...


A estas horas la madrugada tengo una necesidad imperiosa de plasmar, una vez más mis sentimientos..., sentimientos que quizás a nadie le importe leer, pero es mi necesidad y por ello estoy aquí...

De nuevo es navidad, de nuevo las calles lucen brillantes al caer la tarde, de nuevo las personas giran en torno a unas fechas entrañables (así tendrían que ser), pero que les lleva, con todos mis respetos a una locura imparable, a un consumo excesivo, a un ir y venir de un lado para otro sin pensar nada más que llegar a tiempo a su destino.
De nuevo, pensamos, una vez más en ese pobre hombre tirado en un banco, sin poder arroparse nada más, que con unos cartones encontrados una vez que rebuscó en esos bidones de basura maloliente, cuando la dura realidad es que ese hombre siempre ha estado ahí.
De nuevo abren más que nunca aquellas puertas para esas personas que verdaderamente son los que le dan el verdadero significado a un plato caliente, el cual desearían tenerlo todos los días del año y sin embargo, solamente por ser navidad llevan el extra del turrón (bueno positivamente hablando por lo menos la navidad es lo que tiene, una vez al año hace felices a más de una persona, cuando en realidad deberían serlo ó intentar serlo los 365 días, y el resto del mundo pues deberíamos de concienciarnos en hacérselos pasar).
De nuevo una vez más, nuestro rey, amablemente nos felicita una noche en la cual, todos, se supone que deberíamos escucharlo y sin embargo otros no tienen por donde hacerlo ¡que contradicción mi rey!.
De nuevo una vez más se reúnen todo tipos de personas del mundo del espectáculo, prensa, deporte, radio, etc., para "juntar" aquel dinero que una vez contado se supone, llegará a quien más lo necesita (me pregunto que si todos los días del año se hiciera un esfuerzo mínimo, sin usar la imagen de nadie y a quien le corresponda así lo llevara a cabo) no vivirían mejor, aquellos a quien se supone les llega dichos importes.
De nuevo y una vez más envidio, sanamente, a ese niño que ilusionado espera poder ver al supuesto PapaNoel, pero a la vez siento tristeza por que en un momento de su vida llegará la decepción..., (tengo que decir que yo sigo creyendo, no en Papa Noel, pero sí, en la estrella que más brilla).
De nuevo tengo que decir, que a pesar de lo escrito aquí, de lo malo siempre se podrá sacar algo bueno, que el negro se puede convertir en gris y más tarde en fuertes colores, en alegres colores, que siempre nos queda un pequeño lugar donde se puede llegar hacer más grande, que el sol brilla no siempre, pero siempre acaba brillando con menos ó más fuerza pero lucirá siempre, que la lluvia amainará y gracias a ella el cielo se verá limpio, que las lágrimas siempre llevan al fin y al cabo, a una sonrisa, que el corazón palpitará y el alma así lo sentirá...
De nuevo y una vez más tengo que decir que a pesar de esa locura de esas personas, al final conseguirán su cometido, hacer por un momento felices a los suyos, que ese hombre del banco tímidamente dará las gracias entre dientes, de nuevo esas personas que tomarán ese platito caliente podrán una vez más sentirse dulcemente agradecidos, de nuevo "nuestro rey" podrá dormir complacido, de nuevo todos esos personajes se irán a casa con una sabor de boca agradable por que retransmitieron al mundo entero ¡1.000 euros más!, de nuevo ese niño habrá sentido que Papa Noel estuvo en su hogar, y de nuevo y una vez más YO Mar, tengo que escribir y acabar diciendo que ¡Bienvenido al mundo de los locos, este que me hace sentir verdaderamente en mi hogar, pues mirar sino como está el mundo de los cuerdos y como les va!...

Con todos mis respetos así lo dejo aquí..., ¿el que dejo? Pues, dejo parte de mi tiempo, ese que dice el maestro Bucay, gran amigo del amor... y si él me lo permite, también amigo de nuestro destino.
Por cierto ¡Feliz Navidad!
Mar